Se encuentra enclavado junto a lo que hasta el siglo XVII fue el centro neurálgico de la ciudad: el Coso, plaza utilizada como mercado, lugar de fiestas, corridas, ejecuciones y paradas militares hasta la construcción de la Plaza Nueva en 1618.
El edificio, declarado Monumento Histórico Nacional por haber sido prisión del último Rey de Granada, Boabdil, presenta rasgos que evidencian los distintos avatares y cambios de propietarios y de la diversas circunstancias históricas por las que atravesó.
En el edificio destaca la Torre del Moral, que da nombre al alcázar.
En el centro del primer recinto murado, se halla el patio de armas desde el cual se accede a la Torre del Moral, a través de unas escaleras situadas en un cuerpo fuera de la torre, sobre un aljibe subterráneo.
La desaparición del Reino de Granada y por tanto el peligro de la frontera, convirtió el alcázar lucentino en palacio residencia de los señores de Lucena, los Marqueses de Comares, Alcaide de los Donceles.
De su carácter palaciego, ajeno a sus antiguas funciones defensivas, es prueba el jardín que fue destruido en torno a 1970 para construir una serie de edificios: Central Telefónica, Correos y Telégrafos.
Hoy día es la sede de la Oficina Municipal de Información y Desarrollo Turístico, y posee diversas salas dedicadas a exposiciones y muestras, en espera de ser utilizada como Museo Arqueológico Municipal.
FUENTES:
Entrevistas con Juan Manuel Lara Algar, encargado de la oficina de turismo de Lucena.
Experiencia propia.
FOTOS:
Cedidas por Juan Manuel Lara Algar
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